Texto publicado en el TG Lab de la plataforma de TALKING GALLERIES, en el marco del simposio del año 2014 (Auditorio del MACBA, Barcelona).
Las galerías, incubadoras de arte Tomando como punto de partida las preguntas que se generaron en la ponencia sobre nuevos roles en el mercado del arte [New roles in the Art Market] en el simposio de Talking Galleries, me gustaría hacer un repaso sobre cuál es el funcionamiento del mercado del arte a grandes rasgos, cuáles son los jugadores que intervienen en él, qué reglas hay en este juego y cuáles han sido los cambios más significativos en los roles del mercado del arte. Harald Falckenberg, coleccionista de arte y uno de los ponentes de la sesión en TG, resumió y presentó el papel que tenían las galerías en el pasado como potenciales generadoras de exposiciones y dinamizadoras de la carrera profesional de los artistas, comparándolo con la actual situación, que difiere bastante del pasado. Hoy en día, el arte se exhibe, se vende y se compra en distintos lugares, tales como bienales, ferias de arte, subastas o por Internet. Esta situación nos hace pensar que hay nuevas estrategias y roles en el mercado del arte. Generalmente se tiende a hablar de este mercado como si fuera uno solo, pero en realidad son dos, con reglas, dinámicas y jugadores diferentes, pero íntimamente conectados. Cuando un artista da por concluida una pieza, ésta se dirige al mercado primario, en el que dominan las galerías y los coleccionistas, y el precio de venta viene determinado la gran mayoría de los casos por el sincretismo de estos agentes. Posteriormente, cuando se desea que la obra sea vendida nuevamente, ésta pasa al mercado secundario, el de las casas de subastas, y en este caso el precio es determinado en primera instancia por los valuadores y después por los compradores. Pero hay que agregarle una función a las galerías, ya que son éstas las que garantizan la legitimidad de la obra. Sin embargo, a pesar de las ventajas que ofrece el mercado primario, éste ha sido víctima de la crisis financiera que golpeó hace unos años el mercado del arte y a otros sectores. Esta crisis impactó de manera muy diferente a los mercados de arte primario y secundario. Mientras que las galerías observaron una clara disminución en sus ventas, las casas de subastas se vieron beneficiadas. Hay que matizar que en tiempos difíciles las casas de subastas reciben más obras de arte y cuando hay una buena pieza, siempre habrá un comprador interesado. No obstante, la función de la galería no es únicamente vender, sino también posicionar a los artistas en las bienales para de éste modo impulsar su carrera, partiendo del supuesto de que resulta mucho más vendible un artista con proyección internacional que otro que no la tiene. Podríamos decir que las galerías son uno de los agentes más importantes para la maduración del mercado del arte, pues son quienes apoyan la carrera de los artistas y también desarrollan el coleccionismo al brindar información y enfoque a los compradores. Tradicionalmente se ha menospreciado el papel de la galería, pero está más que probado que no se puede tener un sistema del arte robusto, con artistas consolidados, y un mercado del arte sólido sin galerías fuertes. Una ecuación necesita de todos los factores para funcionar. Resumiendo, las galerías de arte impulsan tanto al artista como al mercado hacia su madurez. La galería representa al artista, le hace exposiciones, lo lleva al extranjero, lo coloca en colecciones internacionales, imprime sus catálogos, le consigue becas, lo apoya en proyectos. Por eso, la galería tiene un papel clave para el desarrollo de sus artistas. Y así como la galería actúa como una especie de incubadora para artistas, las otras ecuaciones del mercado del arte actual, las ferias de arte, las bienales, las casas de subastas y el potente mundo de Internet se han transformado en una especie de incubadora para el mercado del arte. Todas estas nuevas fórmulas se han convertido en un fenómeno global. Las grandes muestras (bienales, trienales), las ferias de arte y las subastas, son utilizadas de formas varias para reafirmar la posición de los “héroes” locales en el sistema. Como en el mundo del deporte, cada nación tiene sus ídolos. Los amantes del arte de un país se identifican con estos “héroes”. La tradición y la historia han dejado diferente huella en la nación y, por tanto, el gusto estético y la interpretación de las señales visuales también difieren. El mundo del arte se reúne en estos eventos y reconoce a los elegidos como candidatos a presentar trabajos al más alto nivel. Pero en este juego no sólo intervienen los galeristas, los coleccionistas y los artistas, sino que otros agentes de la escena cultural y artística pisan fuerte en el campo desde hace algunos años. Éstos jugadores son los comisarios, los inversores, los coleccionistas y los asesores de arte. Tal y cómo Alistair Hicks, comisario y asesor de arte, apuntó en la conferencia de TG, éstos “nuevos” agentes han impactado de manera considerable el mercado del arte. Siguiendo las reflexiones de los ponentes, ¿cuál sería el posicionamiento de las galerías de arte en este nuevo rol del mercado del arte? ¿Cómo afectan estos cambios en el mundo de los negocios a las galerías? Una galería de arte es, sin duda, un establecimiento comercial, pero, mirando hacia el futuro, debe de ser un comercio de una dimensión diferente. No es un simple comercio, sino que ha de ser un lugar de debate en el cual se expliquen y contrasten posturas, se ofrezcan y valoren diálogos y donde se informe y se forme. El artista necesita al galerista para la difusión de su obra y para su validación. Asimismo, necesita del trato personal por parte de agentes especializados, ya que el galerista no es sólo un exhibidor, sino que también posee un factor muy importante de representante. Es más, a pesar de que el papel principal y tradicional de las galerías es como lugar de venta y difusión del arte, algunas de ellas han empezado a ejercer un papel destacado como productoras del arte y otras apuestan por crear una plataforma híbrida entre mediación comercial y aportación cultural, cuyo objetivo sea, más allá de la venta, difundir tendencias artísticas actuales. Surgen nuevas formas de exhibir el arte y de comercializar la obra de arte, pudiéndose hablar a partir de ahora de una globalización del mundo del arte. Internet es un nuevo escaparate en el que el arte llega a todas partes del mundo. Delante esta situación es necesario destacar la reciente popularidad que han adquirido los formatos comerciales on-line a través de la utilización de las nuevas tecnologías y que permiten un mayor acceso del coleccionista al mercado del arte, sin olvidar el actual contexto de crisis mundial en el que nos encontramos. Las galerías de arte deben replantearse cómo pueden mejorar su posicionamiento en este contexto, cuál puede ser su mejor jugada sin olvidar al resto de jugadores. Olga Sureda Guasch Octubre de 2014 space |