Texto acerca de la exposición "Una posibilidad de escape", comisariada por Agustín Pérez Rubio en el Espacio de Arte Contemporáneo EACC de Castellón (24.05 - 29.09.2013), y publicado en la plataforma de pensamiento crítico A*DESK, el 25 de junio de 2014.
[es] Una posibilidad de escape Desde el pasado 24 de mayo y hasta el 29 de septiembre podrá verse en Castellón la exposición del EACC, Espai d’Art Contemporani de Castelló: Una posibilidad de escape. Para asaltar el Estudio de la Realidad y volver a grabar el universo. La muestra nos transporta a un mundo paralelo, al otro lado, tal y como Lewis Carroll escribió en "Alicia en el país de las maravillas". Podríamos decir que el visitante se convierte en Alicia y el conejo blanco en el factor de temporalidad y ficcionalidad presente en toda la exposición. Un factor que nos guía por esta “vía de escape” a la otra realidad, pasando de la figuración a la abstracción y de ésta a la simulación y a la desaparición, para al final del viaje volver a nuestra realidad actual siendo conscientes de que existen otros mundos y otros prismas desde donde mirarla, para así re-pensarla y transformarla. El título de la exposición es un claro homenaje al escritor, artista y cineasta del siglo XX William Burroughs. En su búsqueda de nuevas formas de expresión artística, algunos métodos que introdujo Burroughs son el cut-up, una técnica literaria aleatoria (como los collages narrativos) en la que un texto es recortado al azar en múltiples fragmentos y reordenado para crear un nuevo texto sin perder el sentido de lo relatado. Una posibilidad de escape pretende funcionar del mismo modo que la técnica de Burroughs, pero aplicada a otros campos distintos del de la escritura: pintura, instalación, video o fotografía. La exposición nos recibe con la experiencia sensorial de la instalación Dream Machine, del artista británico Cerith Wyn Evans. Esas máquinas crean un estímulo visual dónde las ondas alteran la actividad cerebral y la mente, incentivando así el sueño. Con ello se pretende que, al cruzar la cortina que nos oculta el “otro” espacio, nos sumerjamos en un viaje en el que el inconsciente, la ficción y la fantasía van de la mano, y que nos vuelva al punto de partida, a la realidad permanente a la que tanto se refiere Burroughs. Entramos. Y no tardamos mucho en darnos cuenta que hay elementos que se repiten en todo el recorrido, como los calidoscopios de Luis Camnitzer, los auto-retratos de Esther Ferrer o los extractos de la biografía de William Burroughs. Cada calidoscopio apunta a una pieza, pero cuando se mira a través de él, la imagen se multiplica y fragmenta a la vez que anula el significado de la misma “asesinando” a la pieza, de ahí el título de la obra Crimen Perfecto. Por su parte, Autorretrato en el tiempo, de la serie El Libro de las cabezas (1981-2004) de Esther Ferrer, es todo un viaje circular que fragmenta la linealidad cronológica propia de la obra original por la que la artista nos va mostrando su rostro en distintas etapas de su vida y recorre el espacio expositivo como hacen los cut-up de W.Burroughs, cuya literatura se despliega en las paredes del EACC, rompiendo toda narratividad lineal y desencadenante. Despliegue que se escenifica de nuevo en el coche desmembrado de Damián Ortega, Fantasma/Ghost. Avanzamos y, de la ficción representada por lo fantasmagórico pasamos a la ficción pulverizada de Julieta Aranda, una colección de libros de ciencia ficción pulverizados en el sentido más literal, pues solo queda el polvo. Aquí la artista coge la realidad, la lanza al universo y la rehace, como Burroughs coge la literatura la lanza y la re-escribe. Ante los paisajes desolados de Paul Pfeiffer, en los que la presencia de la figura humana queda borrada, o las fotografías de Paul Graham, American Nights, quemadas por la sobrexposición de luz, en las que todo rastro humano es prácticamente invisible, el visitante se siente desorientado al observar el sueño americano cegado por la intensa luz. Trabajos como los de Nicolas Robbio con su constelación geométrica abstracta o Nicolas Paris y sus poemas visuales desfragmentados, nos acercan al final del viaje. Y a punto de volver a la realidad, nuestra realidad actual, vemos una luz de esperanza, una posibilidad, la de Lo posible de Dora García. Una instalación sonora en la que la artista propone una lista de sonidos encontrados en Internet, a través de la cual el público tiene la posibilidad de crear y recrear una nueva realidad a partir de su propia interpretación. Y junto a la instalación de Dora García, vemos el video de Fernando Renes Todo importa, con el lema –Todo importa, Todo cambia, Todo pasa, Todo cansa-, una ironía de la propia vida. Con F.Renes llegamos al otro lado de la cortina, con una sorpresa, una obra de Cerith Wyn Evans que no habíamos visto al principio de nuestro viaje debido a su colocación estratégica: VISIBLEINVISIBLE, en la que su título lo dice todo. Este proyecto, agudamente comisariado por Agustín Pérez Rubio, está organizado en colaboración con el MUSAC y su colección permanente. Olga Sureda Guasch Junio 2013 space |